1. DEFINICIÓN
Ante la minoría de edad de Isabel, María Cristina de Borbón asumió la Regencia a la muerte de su marido Fernando VII en 1833. Pese a que la Regente no se identificaba con su ideario, los liberales se configuraron como la única fuerza capaz de mantenerla en el trono. Por ello durante este periodo Maria Cristina se vio obligada a aceptar medidas que buscaban sobre todo ampliar la base social de su régimen buscando atraerse el apoyo de los liberales.
2. DESARROLLO:
2.1.El Estatuto Real de 1.834.
Para conseguirlo Maria Cristina llamó a Martínez de la Rosa, un liberal moderado, a formar un gobierno que hiciera frente a la insurrección carlista. Martínez de la Rosa emprendió una serie de reformas muy moderadas.
Entre ellas destacó el Estatuto Real en 1834.Se trata de una Carta Otorgada, concedida por la voluntad de la Regente, en la que se conceden algunas reformas:
Se establecieron unas Cortes bicamerales formadas por la Cámara de Próceres, constituida por los Grandes de España y otros designados de forma vitalicia por el monarca, y laCámara de Procuradores, elegida mediante un sufragio censitario muy restringido. Solo los varones de más de treinta años que poseyeran una renta superior a doce mil reales anuales tenían derecho de voto.
Estas Cámaras tenían funciones muy limitadas, eran exclusivamente consultivas sin capacidad legislativa dado que únicamente tenían el derecho de elevar peticiones al Jefe del Estado, y no podían deliberar aobre asuntos que no hubierán sido sometidos a su consideración por el Rey. El monarca mantenía importantes poderes: podía convocar y suspender Cortes cuando quisiera y cualquier ley, además de la aprobación de las Cámaras necesitaba el consentimiento del rey (derecho de veto).
2.2 La crisis de 1.835/36 y la Desamortización de Mendizábal.
En el verano de 1.835 se formaron Juntas Locales y provinciales que se negaron a obedecer al gobierno si no se tomaban medidas mas radicales. En septiembre la regente llamo para formar gobierno a un liberal de pasado radical Mendizábal. Este se promulgo varios decretos de desamortización de los bienes del Clero Regular, o sea la expropiación por parte del Estado de estos bienes y su venta en publica subasta.
Con esta medida Mendizábal pensaba conseguir tres objetivos:
- Acabar con la crisis de la hacienda y conseguir medios para ganar la Guerra Carlista.
- Conseguir un cambio importante en la estructura de la propiedad en España aumentando significativamente el número de propietarios y creando una numerosa clase media.
- Aumentar el apoyo social al liberalismo y el político a la futura Isabel II al favorecer la aparición de un extenso grupo de personas que le debieran sus propiedades a los dos.
El procedimiento seguido para evitar que las propiedades pasaran al pueblo fue el subastar las propiedades en grandes bloques que los pequeños propietarios no podían costear. Como la división de los lotes se encomendó a comisiones municipales, éstas se aprovecharon de su poder para hacer manipulaciones y configurar grandes lotes inasequibles a los pequeños propietarios, pero posibles en cambio para las oligarquías muy adineradas, que podían comprar tanto grandes lotes como pequeños. Los pequeños labradores no pudieron entrar en las pujas y las tierras fueron compradas por nobles y burgueses adinerados, de forma que no pudo crearse una verdadera burguesía o clase media en España que sacase al país de su marasmo.
La mala marcha de la Guerra Carlista y la sustitución forzada de Mendizábal por el moderado Istúriz forzaron revueltas ciudadanas y el conocido motín de los sargentos de la Guardia Real en la Granja. Maria Cristina se vio obligada a aceptar la vuelta a la Constitución de Cádiz.
2.3 La Constitución De 1.837.
Aunque se acuerda volver a poner en vigor la Constitución de 1.812 está ya no era aceptable para los liberales moderados por lo que se decide elaborar una nueva constitución que llegue a un compromiso entre los liberales moderados y los progresistas. Esta será la denominada Constitución de 1.837 que respecto a la de 1.812 presenta los siguientes cambios:
- Se reforzó el poder de la Corona. La soberanía nacional estricta se matizo mediante la atribución conjunta de la potestad legislativa al rey y las Cortes utilizando por primera vez el principio de Soberanía Compartida. También se concedía a la Corona el derecho al veto absoluto y el derecho de disolución de las Cortes.
- Se modifico la estructura del Parlamento. Las Cortes unicamerales se sustituyeron por una cortes dividas en dos cámaras, el Congreso y el Senado. El Senado nombrado por el rey, tras elección de una terna por el cuerpo electoral.
- Se cambio el procedimiento electoral. Del sufragio universal indirecto de Cádiz se paso a un sistema directo censitario.
3. CONSECUENCIAS:
Las principales consecuencias de todo lo ocurrido durante este periodo fueron:
3.1 La implantación definitiva del Sistema Liberal.
Después de la Regencia de Maria Cristina los liberales estuvieron siempre en el poder en España. Además de la C. de 1837 se reestablecieron las leyes municipales y se pusieron en practica con ligeras modificaciones las leyes de libertad de comercio e industria, la de desvinculación y abolición de los señoríos y el diezmo producidas durante las Cortes de Cádiz .3.2 La división del liberalismo.
La insuficiencia de las reformas de Martínez de la Rosa, en un contexto de guerra civil contra los carlistas, llevó a que los liberales terminaran por escindirse en dos grupos: moderados y progresistas. La guerra civil culminó la división del liberalismo español, iniciada en el Trienio Liberal.Los liberales progresistas, antiguos exaltados, mantendrán hasta 1868 el siguiente ideario:
- Limitación del poder de la Corona
- Ampliación del sistema de libertades
- Defensores de reformas radicales como la desamortización de los bienes eclesiásticos y de los ayuntamientos.
- Ampliación del cuerpo electoral. Defienden un voto censitario más amplio.
- Elección popular de alcaldes y concejales en los ayuntamientos.
- Liberalismo económico y reducción de la protección arancelaria.
- Constitución de un cuerpo armado, la Milicia Nacional, como garante de las libertades.
A lo largo del reinado de Isabel II y la regencia de su madre María Cristina solo estuvieron en el poder durante breves períodos: 1835-1844 y 1854-56 (Bienio progresista). La mejor concreción de su programa fue la Constitución de 1837.
Hacia 1849 sufrieron una escisión por su izquierda, naciendo el Partido Demócrata. Que defendían el sufragio universal, la asistencia social estatal y una amplia libertad de asociación.
Los liberales moderados, antiguos doceañistas en el Trienio, plantearon un programa mucho más conservador:
- Orden y autoridad fuerte: fortalecimiento del poder del rey y restricción de las libertades.
- Rechazo de las reformas que pusieran en cuestión sus propiedades, veían el exceso de libertad como un peligro al poder ser utilizada por las clases populares. No obstante, tras las desamortizaciones realizadas por los progresistas, no trataron de devolver sus propiedades al clero o a los ayuntamientos.
- Sufragio censitario restringido.
- Designación de los ayuntamientos por el gobierno central.
- Supresión de la Milicia Nacional.
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3.3 El desprestigio de la Regente
3.4 La Regencia de Espartero
La caída de María Cristina y el rápido fracaso de la regencia de Espartero
La oposición de la Regente a la Ley de Ayuntamientos de 1840 (elección alcaldes y concejales) , unido a diversos problemas ligados a la vida privada María Cristina la forzaron a renunciar y a marchar fuera del país. En su ausencia se nombró a un nuevo Regente: el General Espartero (1841-1843).
Durante su corta regencia, se aprobó la desamortización de los bienes del clero secular y se recortaron los fueros vasco-navarros. La firma de un acuerdo librecambista con Inglaterra engendró grandes protestas en Barcelona que fueron duramente reprimidas. El bombardeo de la ciudad llevó a que Espartero perdiera todo su popularidad, incluso entre los propios progresistas.
Finalmente, una sublevación militar organizada por los moderados, a la que se unieron algunos progresistas, precipitó el fin de la Regencia de Espartero. Para salir del impasse político en el que se hallaba el país, las nuevas autoridades aceleraron, pese a tener solo catorce años, la coronación como reina de Isabel II.
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